sábado, 30 de agosto de 2008

Por
Diana Guacaneme
Ingrid Esquivel
Yurany Verano

“La pérdida de un trabajo, más allá de la vivencia subjetiva particular de cada individuo, es una situación que resulta sumamente estresante dada la importancia que se asigna al trabajo en nuestra sociedad. Al perder su empleo, la persona sufre una drástica reducción de sus ingresos, pero también da cuenta de una identidad, de un papel en la sociedad y su pérdida conlleva una alteración del equilibrio vital, lo que desdibuja su cotidianidad, produciéndose una ruptura en su proyecto de vida”.

Martínez, B. 1999